No siempre puede decirse que la iglesia que se visita es más joven que la mayoría de sus visitantes. La Catedral Santa María la Real de la Almudena es la sede del arzobispado de Madrid y es una visita obligada para aquellos que quieren explorar la historia y la cultura de la ciudad, justo frente al Palacio Real.

¿Por qué es tan nueva? Bueno, comenzó su construcción en el siglo XIX, pero su finalización se retrasó por más de un siglo debido a varias razones, incluyendo la Guerra Civil Española. La catedral fue consagrada por el Papa Juan Pablo II recién en 1993, lo que la convierte en una de las catedrales más recientes del mundo (¡y una de las pocas consagradas por un Sumo Pontífice fuera de Italia!).

La arquitectura de la catedral es una mezcla única de estilos, que van desde el neogótico hasta el neoclásico y el neorrománico. La fachada principal es una obra de arte impresionante, con una estatua de la Virgen de la Almudena en la entrada que da la bienvenida a los visitantes y que “hace juego” con el Palacio Real frente a ella. La catedral también cuenta con un gran cimborrio de estilo bizantino que se eleva sobre la nave principal, lo que la convierte en una de las catedrales más altas de Europa.

En el interior, la catedral es igualmente impresionante. Destaca la Capilla del Santísimo, que cuenta con una cruz de mármol de Carrara de cinco metros de altura y un altar de plata. También encontrarás una impresionante colección de arte religioso y varios retablos así como una capilla lateral dedicada a Juan Pablo II y la reliquia de la Virgen de la Almudena, que data del siglo XIII.

Además puedes visitar el Museo de la Catedral, que alberga una impresionante colección de arte religioso y cultural, o la Cripta Catedralicia, con su panteón y más de 400 columnas que sostienen al templo. También puedes subir a la cúpula, al salir por su lado sur y recorrer unos pocos metros por la Calle Mayor.