Toledo tiene una de las trayectorias más extensas y ricas en la historia de España, acumulando títulos como antigua capital, principal diócesis y la gran ciudad imperial del Emperador Carlos I.

Fundada en el siglo III a.C por los celtas y habitada desde mucho antes, esta ciudad se nutrió con los aportes de romanos, visigodos, musulmanes, y cristianos, todos los cuales han dejado su huella en la arquitectura, la gastronomía y las tradiciones de Toledo. La romana Toletum fue sitio de paso obligado para el comercio y la administración de la península, y luego como centro del poder visigodo se convalidó su posición central y influyente centro cristiano. Huellas de ambos pasados son todavía visibles en el casco histórico y la vega del río Tajo.

Durante la época islámica, Toledo se convirtió en un importante centro de artesanía y comercio. El famoso damasquinado toledano es el mejor ejemplo mundial de una técnica milenaria que atrae a turistas de todo el mundo, sea para joyería, herrería o decoración. Luego, tras la conquista cristiana por parte de Castilla a fines del siglo XI, Toledo se mantuvo como un ejemplo de convivencia cultural y religiosa, sobre todo entre las tres monoteístas (cristianos, judíos y musulmanes).

Toledo también fue el hogar de famosos artistas, como El Greco, quien pasó gran parte de su vida en la ciudad y cuyas obras se pueden ver en varios museos y galerías de la ciudad. La Catedral Primada de Toledo, construida entre los siglos XIII y XV, es una de las mejores catedrales de Europa y corazón geográfico y simbólico de la ciudad antigua. ¡Te invitamos a descubrir sus edificios, recetas culinarias y tradiciones entre sus famosas callejuelas!